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“La realidad es aquello que, cuando dejas de creer en ella, no desaparece".
Philip K. Dick
Uno de los temas mas interesantes de la filosofía de la religión en la actualidad es la dicotomía entre ateos y creyentes o la pregunta sobre qué es más válida, la religión o la ciencia para explicar la realidad.
Voy a comentar aqui, a modo de ejemplo, tres posturas, dos enfrentadas (D'Arcais y Vattimo) y una mas conciliadora (Onfray).
Expondré una síntesis de las tres y a continuación explicaré mi postura, que está de acuerdo con algunos postulados de las tres pero que en esencia no tiene que ver con ninguna de ellas..
A grandes rasgos D'Arcais responde de forma cientificista a la pregunta sobre el sentido de la vida. Para el autor, debemos aceptar la incertidumbre como futuro, todo lo demás ya ha sido resuelto por la ciencia.
Las grandes preguntas metafísicas, como ¿de donde venimos ?, ¿a donde vamos? y ¿quienes somos? parecen agotadas.
La existencia del ser humano es finita, la teoría del Big bang es el origen del universo y nuestro futuro tiene que afrontarse de manera incierta.
La demostración de la existencia de Dios queda resuelta de forma negativa, no existe una providencia y tampoco ninguna trascendentalidad del alma o espíritu (como lo queramos llamar).
La razón científica aplicable para todos los ámbitos del ser humano, es una Razón absoluta que da validez a las interpretaciones que desde ella hagamos de la realidad (Metarazón).
La Religión con mayúscula sería una invencion del ser humano para justificar su finitud, un anhelo imaginario de inmortalidad.
La lucha por la primacia de una religión sobre otra, es un claro ejemplo de como unos grupos y otros quieren hacerse con el poder de la Verdad.
Además, para nuestro autor, la Teodicea, el mal en el mundo, no puede ser justificado si no es por la responsabilidad de los hombres a la hora de elegir determinadas acciones o caminos.
Ataca de lleno también a todos esos teísmos que adaptan sus doctrinas a la ciencia por quedarse en una mera cuestión semántica, pues la ciencia ya lo explica sobradamente, los añadidos son superficiales.
La fe es incompatible con la razón y la única postura que puede tener un ateísmo serio es el del combate no la argumentación.
Esta visión ateísta la aplica a una teoria del Estado, cuyo ideal sería la República, en la que se enseñarían los valores de laicidad y democracia y donde no habría cabida para las religiones (por lo menos desde lo público).
El estado nos aseguraría como ciudadanos unos valores determinados.
Con respecto a Vattimo, su postura es claramente antropológica, pero no sólo desde un punto de vista natural, sino cultural.
Para él la razón siempre ha de estar presente en y desde la tradición.
Está de acuerdo con D'Arcais en que la búsqueda de la religión “verdadera” es un tema de poder. Frente a la posición objetivo-cientificista plantea una proposición descriptiva de la realidad.
La verdad de las religiones, su validez, estaría en la utilidad que las distintas culturas hacen de ellas.
El discurso intersubjetivo Rortiniano sería la base de cohesión entre los distintos miembros de la comunidad.
La extrapolación de esta postura a una teoría del estado, la ejemplificaría en una República donde no se excluya ningun tipo de cultura por sus creencias. Contra mas diversidad, mas democrática es una cultura.
Por último, aparece en escena una tercera postura, la de M.Onfray. Mantiene una postura ateísta mas abierta que D'Arcais, pero en esencia es la misma.
El ateo debe reconsiderar la cuestión de una Razón Absoluta para una explicación de la realidad.
Plantea una razón “instrumental, a posteriori, varias razones “activas”. Nos pone el ejemplo de la Razón utilizada por Descartes, Leibniz o Kant, frente a la de Feuerbach, Bakunin o Nietzsche.
En cuento a Dios, para él existe como ilusión pero no como objeto real, es producto de nuestra finitud. Pone en duda que pueda existir comunicación entre ateos y creyentes ya que las creencias están fuera del ámbito de la razón. A lo máximo que podemos llegar es a disertar “poéticamente” sobre él.
Con respecto a su aplicación ideológica al estado, esta de acuerdo (o viceversa) con D'Arcais.
Por último, plantea varios interrogantes sobre el destino ontológico del resto de los seres vivos, que para él se diferencia en una cuestión de grado no de naturaleza.
Empezaré por hacer un razonamiento crítico de la postura de D'Arcais.
No sabemos nada. Las grandes preguntas metafísicas están incluso mas vigentes hoy que antes.
A la pregunta ¿De donde venimos? Hay una respuesta válida, la teoría del big bang, pero no la única. En mi opinión la válidez no lleva implícita la verdad absoluta. La validez de una teoría puede variar a lo largo del tiempo e incluso descubrirse que es erronea.
Pondré un claro ejemplo actual, que aunque está por confirmar, da una idea de lo que quiero decir: la teoria de Einstein y las nuevas partículas descubiertas que van a velocidades mas altas que la luz.
Con respecto a quienes somos, todavia estamos discutiendo si el ser humano es homo-simio o homo religiosus.. la pregunta de a donde vamos, sí que plantea un punto de incertidumbre, que en mi opinión es la clave de nuestra libertad. Nosotros forjamos nuestro propio futuro y el sentido que le demos a nuestra vida, nuestra sociedad es responsabilidad nuestra. Por lo tanto las preguntas metafísicas siguen ahí.
Con respecto a una razón absoluta, regidora de lo que es verdad y lo que nó, no puedo estar mas en desacuerdo.
La validez de la ciencia para lo empírico es indiscutible, pero de la validez no se desprende necesariamente la verdad. Atañen a un ambito de la necesidad humana, esto es, a la relación que mantenemos con lo natural, pero no dan una explicación última verdadera y absoluta de la realidad.
El ámbito de lo trascendental sigue ahí, es real, el ser humano lo experimenta como real y no hay cultura que no haya tenido indicios de religiosidad. Pero, ¿es real como proyección de nuestros anhelos, como ilusión o hay una realidad objetiva en la que basarnos?
Aquellos que basan las conductas religiosas o las creencias en lo biológico como origen de éstas, tendrán que demostrarlo pues todavia no hay acuerdo en esto, ni siquiera entre los científicos.
Desde luego hay una base biológica en el sentido que el ser humano, está “diseñado” para que seamos capaces de “razonar” y “creer” ,pero de ahí no se concluye que todo lo que somos sea puramente biología. La demostración de la existencia del alma o Dios o su negación,a mi juicio no está agotada aunque sí puedo estar de acuerdo (quizás intuitivamente) que Dios no sea lo que nosotros decimos que es Dios.
Las religiones, sí las considero específicamente humanas. Sus doctrinas estan elaboradas con una finalidad de utilidad social y de control por parte del poder.
Ahora bien, creo en la esencia común a todas ellas, en lo importante del cristianismo, en lo que tenemos en común con el islam y el judaismo e incluso con el budismo (en mi opinión al igual que Pannikar la más cercana al cristianismo), es decir en la trascendentalidad, común a todos los seres humanos.
Esta trascendentalidad se manifiesta de distintas formas y a través de distintas culturas y las supera a todas ellas.
La postura de Eliade acerca de lo sagrado, me ha satisfecho bastante a la hora de definir mi postura. El hecho religioso es histórico-cultural, psicológico.
Deben existir unas estructuras universales supraculturales y suprahistóricas, en las que reconoceríamos lo sagrado a través de la experiencia religiosa y podríamos encontrar un camino salvífico.
En esencia somos homo-religiosus no solo simio. Con respecto al resto de la vida en su totalidad, mi postura queda asociada a las sabidurias orientales, en especial el budismo.
Comparto la postura de Vattimo de una antropología cultural, pero no limito el ámbito espiritual solo a ésta. La postura del autor me parece excesivamente relativista y acomodada a las exigencias de sus contrincantes. Es facil estar de acuerdo con él y sospecho de esta facilidad.
Salvo por las razones “activas” y la revisión de la razón absoluta en el ateísmo, los postulados de Onfray son en esencia los mismos que los D' Arcais, y no los comparto pero acepto la vía de la laicidad, del ateísmo para dar un sentido alternativo al del hombre religioso, con menos riqueza y con algunas carencias pero aceptable igual que la postura contraria.
Si tuviera que extrapolar mi pensamiento ideológico y aplicarlo a una teoría del Estado, estaría de acuerdo con los tres en que la República, es el sistema democrático por excelencia.
Aquí me surge un gran conflicto: por un lado estoy de acuerdo con Vattimo en que a mayor diversidad cultural y religiosa mayor riqueza para el pueblo, pero por otra existen ciertas prácticas religiosas ( y pongo el acento en prácticas y no religiones) que me parecen inadmisibles en cualquier país que se considere democrático, son aquellas que limitan, coaccionan o “violan” los derechos individuales y universales de otros.
Este tipo de situaciones debe resolverse desde lo profano, desde lo natural, desde lo social, desde lo político, desde el estado.
Pero cuidado, desde una sociedad democrática esto es posible si hay voluntad social y política, pero desde una sociedad teocrática como en los paises islámicos la situación es mas complicada.
Solo desde la misma cultura se pueden llevar a cabo cambios importantes para la sociedad. La historia me avala, no funciona que el de fuera venga a imponer a los de dentro, solo genera mas resistencia, mas radicalidad. Como en las pasadas revueltas árabes, y sin entrar a juzgar si han sido efectivas o no, se puede apoyar un movimiento sin intervencionismo, pero es la sociedad la que tiene en sus manos el cambio.
Por último a la pregunta de D'Arcais sobre por qué siempre, una vez hecha una crítica racional de las religiones, teologías y metafisicas siempre hay una contracrítica, le respondería que porque no ha satisfecho las expectativas y no es Absoluta.
La conclusión a la que llego es que el título ¿Ateos o Creyentes? es un planteamiento erróneo. Excluye; Debería ser "Ateos Y Creyentes", sería un buen punto de partida para dialogar entre ateísmo y religión.
De Vikita Jimenez
Fuente: "Ateos o Creyentes". COnversaciones sobre filosofía, política, ética y ciencia. Ed. Contextos
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