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viernes, 25 de marzo de 2011

Orquídeas silvestres y Troski. Parte primera

"La filosofía no es mas que nuestro tiempo captado en el pensamiento” 
 Hegel.

Los “combatientes” conservadores de la cultura, califican a Rorty como un intelectual relativista, irracionalista, deconstructivista, cínico y “remilgado”, cuyos textos deterioran la columna vertebral moral de la juventud norteamericana.
Los portavoces de la izquierda, lo comparan con Allan Bloom, y lo catalogan como “snob intelectual que sólo se ocupa de la élite intelectual ociosa a la que pertenecen”.
 






La mayoria de los posmodernos que siguen  a Nietzsche, Derrida y Heidegger, consideran que la actual norteamerica es una “sociedad disciplinaria” como la denominó Foucault, dominada por un individualismo liberal que genera racismo, sexismo, consumismo y “a los presidentes republicanos”. En realidad la concepción que tiene Rorty de su pais, se acerca mas a las posturas de Whitman Dewey, y es decir, que la sociedad que tenemos es la mejor que se ha creado hasta ahora.
 

La hostilidad de la derecha reside en gran medida en que consideran que una simple preferencia por “las sociedades democraticas” resulta insuficente. Según ellos habría que creer además que son objetivamente buenas y que las instituciones de tales sociedades se basan en principios supremos de razón.
Rorty está de acuerdo con las críticas posmodernistas hacia la filosofía tradicional en su concepto de  razón. De ahí que su postura resulte “frívola” tanto a la derecha como a la izquierda.
 

¿Cómo llega Rorty a este punto de vista?
 

Su finalidad era encontrar un marco intelectual o estético que le permitiera conjurar la realidad y la justicia en una única visión. En sus comienzos entiende la realidad, como momentos de reminiscencia wordsworthniana, como una sensación de algo inefable, algo “realmente real”. Por justicia entiende la liberación de los débiles de los fuertes.
 

A partir de mediados de los años cuarenta, cursando sus estudios en Chicago, hace mella en él, las críticas feroces de Adler McNeon al pragmatismo de Dewey. Lo consideran vulgar, relativista y contradictorio; señalaban una y otra vez que Dewey no conocia nada que fuese absoluto. Si se dice, que “el crecimiento mismo es el único fin moral”, no quedaría ningun criterio para enjuiciar el crecimiento. Solo apelar a algo atemporal, absoluto, bueno, permitiría la justificación de ciertos regímenes (la socialdemocracia) frente a otros (el fascismo).
 

En su siguiente fase, se ve atraido por el platonismo. Mientras reflexionaba sobre la tensión dentro del platonismo-y dentro de cualquier forma de lo que Dewey habia llamado “pretensión de certeza”, se dedicó a pensar sobre el conocido problema de si era posible encontrar una justificación no circular para algun punto de vista en la discusión sobre alguna polémica importante. 
Al parecer no habia algo asi como un punto de vista neutral desde el que podían enjuiciarse estos principios básicos alternativos. Si no existia un tal punto de vista, toda la idea de la “certeza de la razón” y tambien toda la concepción socrático-platónica de la suplantación de la pasión por la razón no parecía tener mucho sentido.
 

Los quebraderos de cabeza sobre la circularidad de las justificaciones quedaron resueltos cuando llegó a la conclusión de que la verdad filosófica no se podía probar por su derivación de verdades generalmente aceptadas, sino que la prueba se encontraba en la coherencia del conjunto.
Aunque esto de poco servia, pues como diria Santo Tomás, “si encuentras una contradicción debes hacer una diferenciación”. 
Generalizando, se trataba de describir el terreno intelectual circundante de forma nueva y de tal modo que los conceptos empleados por el contrincante parecían irrelevantes, erróneos y sin interés.
 

A partir de aquí, Rorty dedicará toda su vida a encontrar un procedimiento coherente y convinvente para formular sus pensamientos sobre la función de la filosofía, si resultaba que servía para algo.
 

Su punto de partida fue laFenomenología del Espíritu de Hegel, cuya interpretación la plantea de la siguiente manera: presuponiendo que en la filosofía  sólo se trata de superar al filósofo anterior con una nueva descripción, la astucia de la razón puede aprovechar incluso esta clase de competición, la puede emplear para tejer la red de concepciones de una sociedad mas libre, mejor y mas justa. 
Aunque la filosofía no fuese mas que “su tiempo captado en el pensamiento”, esto ya es suficiente.
 

Por lo tanto, aunque de hecho no existia algo así como comprensión del mundo, en el sentido platoniano, un comprender desde un lugar situado fuera de la historia y del tiempo, tal vez su talento y el estudio de la filosofía, sí tenian una una utilidad social.
Vincula la temporalidad (que Hegel y Proust, otro autor admirado por Rorty) tenían en común y que era el elemento específicamente antiplatónico de sus obras.
En este momento ve a Dewey como un filósofo que habia aprendido todo lo que Hegel habia podido enseñar sobre la posibilidad de evitar la certeza y la eternidad, al tiempo que se inmunizaba contra el panteísmo tomando en serio a Darwin. Este redesscubrimiento de Dewey, coincide con su primer encuentro con Derrida.


Orquídeas silvestres y Troski

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