"Las crisis del hombre moderno son en gran parte crisis religiosas en la medida en que son expresiones de la toma de conciencia de una falta de sentido".
M.Eliade
Para Eliade el paso que las personas han de operar para introducirse en este mundo es una ruptura de nivel existencial, superar la propia condición, experimentar lo sagrado.
Lo sagrado constituye un mundo enteramente otro, que solo se hace presente en este; remite a una realidad trascendente, solo accesible en realidades mundanas.
Las hierofanías consisten en el hecho de que una realidad natural, sin dejar de ser lo que es y a través de su propia condición, hace presente para determinadas personas la realidad enteramente otra, trascendente y valiosa de lo sagrado.
La historia de las religiones es, la historia de los sistemas de hierofanías que constituyen las religiones. Las hierofanías impregnan todos los componentes del fenómeno religioso y se hace presente en los símbolos, los mitos, los ritos, los nombres y las configuraciones de lo divino.
Eliade pocede a un estudio de los sistemas hierofánicos y propone una clasificación de las formas religiosas mediante una morfología de lo sagrado.
El nivel descriptivo y comprensivo hace que en el “Tratado” no se aborde expresamente la pregunta por la naturaleza última y la razón de ser de las hierofanías y no se aborde la cuestión del proceso hierofánico y sus raíces en la naturaleza humana. Reflexiona sobre lo sagrado como estructura de la conciencia y como nivel de la existencia humana en un doble sentido, para significar y fundamentar la perennidad de lo sagrado en la historia.
La aparición de lo sagrado tiene su origen en una doble raiz: la realidad otra, a la que remite lo sagrado como “objeto” de la experiencia religiosa; y una dimensión de la persona por la que ésta mantiene una relación constitutiva con esa realidad trascendente y que le permite descubrir su presencia en las realidades mundanas convertidas en hierofanías.
Los hechos religiosos se consideran modalidades de la existencia humana, la del homo religiosus que tiene la necesidad de trascender su condición mundana, su condición histórica, y entrar en relación con ese mas allá que se condensa en las manifestaciones de lo sagrado. Se propone el estudio del hombre no en cuanto ser histórico sino en cuanto símbolo viviente.
Lo sagrado aparece como estructura de la conciencia que hace posible una forma de ser en el mundo caracterizada por la apertura a la trascendencia, fuente de significación y de valores enteramente originales. Ello origina una nueva forma de vivir la temporalidad. El hombre religioso transfigura su visión del mundo convirtiéndolo en un mundo simbólico.
-Los símbolos religiosos-
La apertura a lo sagrado es una dimensión de la conciencia, la existencia humana que aparece como constitutivamente simbólica. El simbolismo es un dato inmediato del hombre que toma la conciencia de su posición en el universo.
Como muestran las hirofanías, lo propio de lo sagrado es manifestar , convirtiendo a esta realidad en portadora de una significacion trascendente; lo simbólico aparece como lenguaje por excelencia de la vida religiosa.
Los símbolos son una prolongación de las hierofanías y revelan una dimensión de la realidad innacesible a la experiencia ordinaria. Responden a una necesidad y cumplen una función.
Los símbolos son descritos como un fenómeno signficativo que se caracteriza en primer lugar por el exceso de significación de que se carga el significante. Tienen la capacidad de expresar simultáneamente varias significaciones cuya solidaridad no es evidente en el plano de la experiencia inmediata.
Los símbolos mantienen correspondencia con las situaciones culturales, es una forma originaria , una dimensión de la conciencia, es el lugar originario de la verdad como desvelamiento.
-Eliade intérprete de mitos-del hombre arcaico al hombre moderno-
El mito es un relato simbólico en el que el hombre de las sociedades arcaicas descubre la posibilidad de vivir con sentido la propia historia. El mito no debe ser conocido, tiene que ser vivido.
La secularización no comporta la eliminación pura y simple de lo religioso de la conciencia del hombre. Lo que en realidad estamos asistiendo es a una formidable operación de enmascaramiento de lo sagrado en lo profano.
Fuente: "Tratado de historia de las religiones". Morfología y dialéctica de lo sagrado. Mircea Eliade. Ed: Ediciones cristiandad
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