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jueves, 20 de octubre de 2011

Pannenberg: Fe y Razón. Parte II



"La misión de la filosofía de la religión no consiste en hacer a los hombres creyentes o ateos, sino en hacerlos lúcidos en lo referente al hecho religioso"
Hegel

-Tensión entre fe y razón-

El punto mas conflictivo del pensamiento de P. es el valor concedido al elemento racional. Aun siendo discípulo de Hegel, no se le puede aplicar el calificativo de racionalista. Intentar dar razón de la fe no es igual que racionalizar la fe.

El deber del teólogo no es exigir la fe sino hacerla posible y acrecentar su plausabilidad. La fe ciega carece de valor intersubjetivo y es poco apta para introducir el factor cristiano en las sociedades secularidazas del SXXI.
La finalidad específica de la teología no consiste en suscitar emociones, sino en ayudar a pensar los temas relacionados con Dios. Su arduo esfuerzo teórico desmboca en la actitud religiosa por excelencia: la adoración. Su teología culmina en la doxología.


La intención última es “hablar responsablemente de Dios”.
La fe se funda en un objeto, en unos contenidos, en un "extra nos" y no en el propio arrojo de creer. La concepción suprahistórica de la fe en Barth y el carácter decisionista de la teología bultmaniana encontraron su mas decidido oponente en P (quizás se podría acceder a la fe por las dos vias..)

P. inagura una nueva época en la teología protestante. Es uno de los primeros teólogos evangélicos-junto con G.Ebeling- que muestran sensibilidad para la teología fundamental. Hasta entonces, la teología fundamental había sido un feudo específicamente católico.
Su apologética no es demostrativa. Va orientada, eso sí, a resaltar la plausabilidad del cristianismo, pero sin caer en tentaciones silogísticas.
A Dios no se le demuestra, se le conoce por sus implicaciones en la realidad histórica.

Será en la insuficiencia de la finitud donde, al menos implícitamente, surja la pregunta por Dios.
Dios no puede ser un mero producto de la subjetividad humana. Esto se pone de manifiesto en el diálogo crítico que P. mantiene con el ateísmo, especialmente con Feuerbach y Nietzsche.

“Un Dios solo puede ser medido con la medida que el mismo fija.” 
Esa medida es la experiencia de su presencia en el mundo. Dado que Dios tiene que acreditarse en la experiencia del hombre y del mundo, y esa experiencia está aún incompleta y abierta y por ahora sólo es posible hablar de Dios de forma problemática e hipotética.

La confianza en la creatividad y fuerza interna del cristianismo le llevó a criticar con dureza la aproximacion de la teología a la liberación al marxismo. El cristianismo no necesita acudir a instancias ajenas para analizar la realidad social.

El cristianismo y las demás religiones deben ser fieles a su tradición. P. considera una ilusión la idea de una ética común que prescinda de las diferencias religiosas. Es una condescendencia con el espíritu del secularismo que considera secundarias las diferencias entre las religiones y exalta el carácter universal de la ética (H.Küng).

P. está mas cerca de Dilthey que de Hegel. El concepto de conocimiento es el propio de las ciencias del espíritu a las que pertenece la teología. Nunca intentó aplicar a la teología la racionalidad científico-técnica, ni la razón instrumental, tan justamente criticada por Horkheimer y Adorno
Él sabe, como Dilthey, que el sujeto del conocimiento no es una facultad humana determinada, sino el hombre entero, con su dimensión histórica, simbólica, utópica, crítica, hermneútica.
P. a diferencia de Dilthey, nunca cayó en el relativismo, mientras que D. declara imposible la metafísica, P. la considera imprescindible.

-La tesis de la discordia-

El tema que resaltó sobre los demás fue la teología de la historia. Bultmann habia privatizado la historia reduciéndola a lo existencial; y Barth se había situado mas allá de ella, en el positivismo de la revelación. P. recupera la historia, entendiéndola como “realidad total”. Solo en el marco de la historia universal es posible hablar responsablemente de Dios.

Basta una aproximación histórica, sin prejuicios, a estos hechos, situándolos en su contexto histórico, para que hablen por sí mismos. No es necesario el recurso a la fe ni al Espíritu Santo para descubrir el carácter de revelación de la historia.

¿Cómo explicar entonces el fenómeno del ateísmo contemporáneo?
“La ceguera del ser humano; hay quien no quiere ver”. P. como todos los grandes espíritus, evolucionó. Y, en lugar de hablar de Dios como evidencia, pasó a evocar el carácter cuestionable de la realidad de Dios. Éste fue relacionado con términos como “hipótesis”, “problema”,”futuro”.
El futuro es “la forma de ser de Dios”. Dios tiene que acreditarse aún en la experiencia de la humanidad.

3 comentarios:

Beatriz Basenji dijo...

Sucede que en la actualidad la palabra "religión"ha quedado devaluada para muchas personas.Los textos bíblicos acaso contengan algunos pasajes con valor histórico,pero nada que ver con esa entidad que hemos dado en llamar "Inteligencia Universal".La FE es inherente a la persona y es la energía que nos conecta con otras dimensiones.El Universo que contemplamos con nuestros sentidos es un aspecto del Todo.Esa Inteligencia Universal está contenida en cada átomo del Universo.Nosotros somos el aspecto humano de ESA VIBRACIÓN,en la que estan implicados el reino mineral,vegetal y animal.
Cordiales saludos.

Vikita Jimenez dijo...

Tu DESCRIPCIÓN del mundo, Dios, la realidad es contemplativa y poética. Puedo estar de acuerdo contigo en algunas cosas, mi instinto me dice que somos parte del todo y demás, pero si queremos que tus argumentos sean válidos no solo para ti sino para los demás, debemos racionalizarlos para que tiendan a ser universalizables, cosa ardua y complicada, porque ni Jesus, ni Buda ni Dios han conseguido. De ahi la importancia también, de abordar el tema religioso desde una perspectiva racionalista.De esta manera no se continuará devaluando la religiosidad.
Un saludo

Rodolfo Plata dijo...

La importancia de la crítica a la cristología de san Pablo, radica en que nos aporta los elementos de juicio necesarios para visualizar __la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar la naturaleza humana de Cristo. Desechando la prueba viviente en Cristo hombre que nos confirma que es posible alcanzar la trascendencia humana practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta, patente en Cristo (cero defectos). Doctrina sustentada por filósofos y místicos __y la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana, a fin de afrontar con éxito los retos y amenazas del ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad. http://es.scribd.com/doc/73578720/CRITICA-A-LA-CRISTOLOGIA-DE-SAN-PABLO