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miércoles, 16 de marzo de 2011

Europa da vergüenza.

"No hay revolución sin contrarrevolución"        
A. LL. Camargo


No voy a dejar el tema de las revueltas árabes por mucho que los medios convencionales hayan pasado de informar asiduamente a olvidarse del tema. Es verdad que con la catástrofe ocurrida en Japón, las prioridades informativas son otras pero de ahí a que prácticamente se haga caso omiso del sufrimiento libio es lamentable.
Me avergüenzo de mis dirigentes, no solo los españoles sino de todos los europeos.




Lanzo varias cuestiones al aire, 

¿Si gana Gadafi, volveremos a mantener las mismas relaciones de antaño, o esto resulta ya imposible? 
 Y si, conociendo la envergadura moral de este tipo, intentara alguna maniobra para perjudicar a aquellos países extranjeros que se han opuesto a su régimen, 
 ¿Cómo reaccionará Europa?
 A medida que pasa el tiempo, la exclusión área sobre libia se hace cada vez mas difícil y se perfila cada vez mas la idea de una futura intervención. 
Tengo la firme sospecha de que pretenden que Gadafi finalice el genocidio y así, una vez que no quede fuerza opositora, realizar una intervención militar, acabar con el dictador y repetir lo que ocurrió en Irak.

Se me puede achacar que soy una paranoica, pero a los hechos me remito.
Es mas, creo que lo ocurrido en Japón y la consecuente bajada del barril de petroleo ha hecho que se pase de una situación urgente, el intervenir en Libia, a una tensa espera a ver que ocurre.
Y es que como dije en mi anterior post, manda lo económico, los ciudadanos dan igual.
Nunca fui muy optimista al respecto, aunque realmente no quise pensar que Occidente fuera a dejar pasar la oportunidad de apoyar no solo las revueltas en Túnez, Egipto o Libia, sino las posibles revueltas futuras en otras zonas árabes. 

Su estabilidad, su democratización, venía de la mano de sus ciudadanos, era el momento de demostrar que nuestros gobiernos "ejemplos de democracia", quieren un futuro mejor para toda la humanidad.
Parece ser, que hay tantos intereses creados que prima lo malo conocido que lo bueno por venir.

Cuando la pobreza se apodere de nuevo de todos estos ciudadanos, recordarán que una vez tuvieron la oportunidad y nadie los ayudó, y aparecerán grupos, seguramente religiosos y extremistas que les acogerán en su seno, enviando el mensaje de que solo ellos pueden salvarles.
Y en vez de un proceso democrático se verán envueltos en una mayor radicalización. Esto no solo afectará a los países árabes sino a todo el mundo.

Ya no confío en ningún gobierno, en ningún poder solo en el ciudadano. 
Somos nosotros, a través de las redes sociales (las virtuales y las que no lo son), los que debemos movilizarnos y apoyar a nuestros vecinos, para darles fuerza y mantener la esperanza de que es posible un futuro mejor para todos. 
Yo desde luego lo voy a hacer.

De Vikita Jimenez

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