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viernes, 11 de febrero de 2011

Filosofía analítica y filosofía transformativa. Primera parte


 "En escuchar lo que nos dice algo, y en dejar que se nos diga, reside la exigencia más elevada que se propone al ser humano. Recordarlo para uno mismo es la cuestión más íntima de cada uno, hacerlo para todos, y de manera convincente, es la misión de la filosofía"
 Hans -Georg Gadamer


A muchos filósofos analíticos no les gusta pensar que su disciplina forma parte de las humanidades.
Asocian su filosofía mas a las ciencias naturales y creen que las humanidades son un lugar para el intercambio de opiniones no demostrables.
Vamos a intentar desarrollar la historia y la sociología de la filosofía analítica en el marco académico norteamericano.
  

La filosofía analítica se define a grandes rasgos como un intento de combinar el paso de la disquisición sobre la experiencia a la disquisición sobre el lenguaje, lo que Bergman llamó "el giro lingüístico", intentando profesionalizar la disciplina, haciéndola mas científica. Este giro está presente en Heidegger, Gadamer, Habermas y Derrida, tanto como en Carnap, Ayer, Austin y Wittgenstein. Lo que distingue a esta filosofía de otras junto con este giro, es el uso de la lógica simbólica moderna.

Previo al giro, Husserl ya emprendió un intento similar. Sin embargo fue Heidegger al juntar temas kierkegaardianos y nietzschenianos quien le dio un “aire respetable” al lenguaje filosófico. Inauguró la tradición qu entre los filósofos analíticos se llama “filosofía continental”.

Antes que la filosofía analítica llegara a predominar, la historia de la filosofía estaba en el centro de los estudios filosóficos. Se esperaba que los filósofos fueran capaces de hablar de los méritos de Platon, Aristoteles, Hobbes o Spinoza, Kant, Hegel, Nietzsche o Mill.

A partir de los años 50, existían dos vertientes definidas, los que como McKeon y Hartsthone esperaban que se supiera diferenciar entre lo que es actual y anticuado en la filosofía, y los que como Carnap y Hempel esperaban que los alumnos estuvieran al tanto de la actualidad a través de los últimos artículos. Se intentaba proporcionar reconstrucciones racionales de diversas manifestaciones de la cultura, por ejemplo, el poner a prueba la validez de teorías científicas.

Rorty paso cierto tiempo desarrollando el tema de la nomologicidad; por ejemplo una generalización verdadera no nomológica del tipo “todas las monedas que tengo en el bolsillo son de plata” no permite la afirmación contrafactual “si este penique estuviera en mi bolsillo seria una moneda de plata”. En cambio, una generalización verdadera nomológica como “todos los cuervos son negros” sí que permite la afirmación contrafactual “si este pájaro fuera un cuervo seria negro”.

¿Pero que es lo que hace que una generalización sea nomológica?
Rorty realiza una comparación entre tres modos de emplear el concepto de potencialidad: el de Aristóteles, el de los racionalistas del SXVII y el de la filosofía de Hempel y Carnap. Según concluye el, para lo único que le sirvió todo esta disertación fue para conseguir un puesto de trabajo en Princeton.

A partir de los años 80, fue tan clara la diferencia entre los filósofos anglófonos que dejaron de interesarse por la historia de la filosofía y el resto de los filósofos europeos, que tenían un conocimiento de los méritos relativos de pensadores del pasado y eran capaces de entretejerlo con la historia del arte, la literatura y la historia de las instituciones sociales y políticas, que estas diferencias persisten en la actualidad.

Entre los filósofos anglófonos, lo mas importante es disponer de capacidades puramente argumentativas, mientras que entre los restantes filósofos europeos lo importante es una formación erudita y como encajar las diferentes lecturas en una visión de conjunto y no tienen problemas en entrar en discusiones con gente de literatura o historiadores.

Es verdad que hoy en día en norteamerica si existen estudios mas avanzados que hace veinte años, pero siempre eludiendo las conexiones a la historia del espíritu.
Los estudios dedicados a la historia del espíritu (Hegel, Heidegger), están lejos de las áreas centrales de interés de la filosofía analítica, y no le deben casi nada a ella, en lugar de ello continúan en la linea de los trabajos de historia de la filosofía de la época anterior al inicio del cambio de paradigma por Carnap y Frege.

Algo parecido ocurre en la ética y la filosofía política. Rawls hubiera escrito el mismo libro si el giro lingüístico no hubiera existido. El único efecto que tuvo la filosofía analítica en estos ámbitos consistió en marginar la historia de la filosofía, la ética y la filosofía política en los programas de estudios filosóficos.

Las llamadas áreas nucleares de la especialidad que hoy están en primer plano en las facultades norteamericanas son la metafísica, la teoría del conocimiento, la filosofía del lenguaje y la filosofía del espíritu. Es mas, consideran que solo un filosofo profesional tiene acceso a estas cuestiones.
Paz

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