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jueves, 10 de febrero de 2011

Democracia para Egipto


"Todos los hombres reconocen el derecho a la revolución, es decir, el derecho de rehusar obediencia y sublevarse contra el gobierno cuando su tiranía o incompetencia son grandes e intolerables."

H. D. Thorea
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Una vez estuve en Egipto. Me encantó su gente, su historia y su arte. Encontré en el carácter de los egipcios muchas similitudes al nuestro. Eran alegres, hospitalarios y escandalosos.
En ningún momento fui consciente  que vivían en una dictadura. Tan oculto estaba al turista que solo va a disfrutar, que no me paré a pensar que pudieran estar pasándolo mal.

Y es que muchas de las dictaduras son así, tienen una cara amable hacia fuera y una totalmente oscura hacia dentro. Cuando en mi anterior post comentaba las revueltas tunecinas, el escepticismo me invadía con respecto a Egipto, la poca capacidad de convocatoria, lo adormecido que parecía estar el pueblo, lo resignado a toda una vida de mano de hierro por parte de Mubarak, me hacía dudar que se pudiera dar una revuelta social que no cayera en el olvido al cabo de unos días.



Por otro lado, una cosa tenían a favor los egipcios y es su posición como potencia influyente y representante de oriente medio en occidente. El gobierno de Mubarak, sabía que si respondía con toda la dureza a la manifestación de sus ciudadanos, no sería bien visto en los países democráticos occidentales y consecuentemente, las ayudas extranjeras podrían verse afectadas.

La imagen de un Egipto sin Mubarak nos lo vende su gobierno como caótico y funesto en oriente medio, no solo para ellos sino para EEUU e Israel a la cabeza. En este punto me pregunto quien genera el caos, si los egipcios por revelarse o él por no irse.

Otro de los panfletos que nos han intentado vender es la posible aparición de grupos islamistas al frente de  la revuelta. Si los egipcios son mayoritariamente musulmanes es lógico que haya facciones extremas, pero son irrelevantes, pues la realidad es que solo representan un 15% de la población. La revuelta es mucho más amplia, se han unido médicos, funcionarios, comerciantes, el pueblo al completo,  con la esperanza de que la democracia llegue. No se han conformado, como muchos desearían, con vagas promesas sino que quieren actos pues están hartos de ser engañados.

Los militares que siempre han estado del lado del poder, fueron utilizados, o se dejaron utilizar por el gobierno para dar una falsa apariencia de tranquilidad cara al exterior cuando la realidad es que participan en la violación, desaparición y muerte de muchos de sus conciudadanos.
 Los militares en ninguna dictadura son una opción, ellos no están para gobernar sino para obedecer al pueblo. Si los egipcios quieren a Mubarak fuera, que se vaya ya!

Mañana es un día importante para Egipto, es el nuevo Egipto, la nueva cara de un pueblo que ha conseguido el  apoyo moral del resto del mundo democrático y será no lo dudemos, un gran ejemplo para sus vecinos árabes. Donde ahora decimos “esto no ocurrirá en Irán, Jordania, etc.” Mañana, si triunfa la revolución, habrá esperanza para el pueblo árabe.

La importancia de que los países árabes se democraticen para la estabilidad internacional es clave, pero en vez de ser impuesta por agentes extranjeros,  la historia nos enseña que deben ser los propios pueblos los que luchen por su libertad.

Como apunte final, decir que los egipcios ya han ganado, Mubarak está acabado, ¿Qué país democrático apoyará a un gobierno que antepone sus intereses privados sobre los de su propio pueblo? ¿Acaso puede ser un dirigente fiable para temas tan importantes como el conflicto palestino- israelí?
 Los pueblos de occidente no van a permitir a sus gobernantes que se relacionen (a cara descubierta…y cuidado con los wikicables) con un dictador así.
De Vikita Jimenez

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