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jueves, 4 de noviembre de 2010

Unamuno y el sentimiento trágico de la vida 2ª parte

"Recógete lector en tí mísmo, y figúrate un lento deshacerte de ti, en que la luz se apague, se te enmudezcan las cosas y envolviéndote en silencio, se te derritan de entre las manos los objetos, se te desvanezcan como en desmayo los recuerdos, se te vaya disipando todo en nada y ni aun la conciencia de la nada te quede siquiera como agarradero de una sombra(...)" 
Miguel de Unamuno.


¿Qué sentido y finalidad tiene la experiencia filosófica? Diría Unamuno, que la filosofía consiste  en una reflexión sobre el sentimiento trágico de la vida. Tal sentimiento bebería de la experiencia filosófica y ésta, así mismo, produciría tal tipo de sentimiento, que se generaría una dialéctica de la afirmación entre ellas dos.
Así pues, la filosofía es un producto de cada filósofo, se filosofa con la voluntad, no con la razón. Es preciso entenderla como la búsqueda de una finalidad a mi yo y de todo lo que le rodea.

"Sólo queremos saber de dónde venimos para poder averiguar a donde vamos"

El origen y el destino del ser humano abre la puerta a tras cuestiones:
O sé que muero del todo y entonces la desesperación es irremediable, o se que no me muero del todo y entonces me resigno.
No puedo saber ni una cosa ni la otra, entonces, o la resignación en la desesperación, o la desesperación en la resignación. Este es el punto de vista de la experiencia filosófica unamuniana. La única postura coherente es la duda de pasión, esto es, la lucha permanente por la búsqueda de la inmortalidad, impulsada por el instinto de perpetuación; entre ellos se produce una oposición tal, que todo lo vital es antirracional, y todo lo racional antivital. Como diría Nietzsche, en vez de "por qué", "para qué"


"El progreso surge de la enfermedad".

Para Unamuno, hay dos teorias existentes acerca del orígen del hombre, la versión del génesis, donde la curiosidad de Eva, se convierte en la condición de posibilidad de conocimiento y será algo permanente en la historia de la humanidad;
La teoría de la evolución, en donde la inteligencia, surge de la enfermedad, de la incapacidad del ser humano para sobrevivir al modo de los animales.
Frente al instinto, que en el mundo animal nunca se equivoca, la inteligencia necesita ensayar una y mil veces la forma en que el ser humano pueda dominar la realidad en la que vive.

"El instinto de conservación, el hambre, es el fundamento del individuo humano; el instinto de perpetuación, amor en su forma mas rudimentaria y fisiológica, es el fundamento de la sociedad (...). Hay un mundo, el mundo sensible, que es hijo del hambre, y otro mundo, el ideal, que es hijo del amor".

 Entonces, cual es el origen histórico del conocimiento? El conocimiento directo e inmediato, incluso inconsciente, que surge de la necesidad, del instinto de conservación,  y el conocimiento reflexivo, que nace por amor al concimiento mismo, como instinto de perpetuación. De éste instinto surgen la sociedad y la razón (conocimiento reflejo y reflexivo). La razón es pues un producto social y es común a todos los hombres.
Es en éste instinto de perpetuación donde reside el ansia de inmortalidad, y donde tendrá la fe o la creencia, su origen epistemológico.

"El ansia de no morir, el hambre de inmortalidad personal, el conato con el que tendemos a persistir indefinidamente en nuestro ser propio y que es, según el trágico judío, nuestra misma esencia, eso es la base afectiva de todo conocer y el íntimo punto de partida personal de toda filosofía humana, fraguada por un hombre y para un hombre"

Pensar en la muerte es el verdadero origen de la experiencia filosófica. El hombre no se puede concebir como no existiendo sin un sentimiento de angustia, de anonadamiento.
El ansia de inmortalidad personal, esencia de todas las religiones, tiene su origen en la experiencia de la muerte. Detrás de éste ansia, está la afirmación del yo. Unamuno distingue entre egotísmo y egoísmo. El egoísta es aquel que desea su provecho personal, aún en prejuicio de los demás, el egotísta desea el mayor bien posible para todos y cada uno de los individuos. Lo que es bueno para uno es bueno para todos.
No tiene sentido preguntarse por qué alguien quiere ser inmortal, pues la inmortalidad es lo único que da sentido al hombre y al universo.
Unamuno se rebela contra el discurso de la sensatez, la de aquellos que no se dejan engañar por nadie; o contra el mito de la transformación total, nada se pierde todo vuelve a la tierra; o contra el mito del eterno retorno Nietzsheniano. Existe una forma nominalista para resolver este problema, el deseo de fama y la consiguiente vanidad humana, el deseo de permanecer entre los vivos, la lucha por singularizarse, por sobrevivir de algún modo en la memoria de los otros. El erotratismo (el deseo de fama) es peor que el hambre pues al fin y al cabo esta es espiritual.

"(..) la razón ataca, y la fe, que no se siente sin ella segura, tiene que pactar. Y de aquí vienen las trágicas contradicciones y desgarraduras de conciencia (...)"


Unamuno analiza y critica la solución religiosa al problema de la inmortalidad desde un estudio del catolicismo basado en la teología escolástica y los dogmas centrales provenientes del concilio de Trento. Las tres vías que utiliza son: 
El origen y desarrollo del cristianismo como confluencia de dos saberes espirituales, la judaica y la helénica; fue el imperio romano quien le dio al cristianismo una dimensión practica y una permanencia social.  
Fue por el monocultismo
El descubrimiento de la inmortalidad llego de la mano del cristianismo con un converso, Pablo de Tarso; este convirtió la resurrección de Cristo en el dogma central de la nueva religión.
La cristología, fue garantía de resurrección e inmortalidad de cada creyente. El sacramento de la Eucaristía es también un signo de la inmortalidad.
La Escolástica construyo un magnifico edificio donde se iba a desarrollar la fe católica. Intentó apoyar racionalmente los dogmas hasta donde le fue posible. El triunfo dogmático tomista aparece así como un intento de superación de la "fe del carbonero". En este sentido el catolicismo siempre ha oscilado entre dos formas de vida religiosa: experiencia mística, experiencia intima del Dios vivo en cristo, intransmisible, y teología racionalista, dogmática católica que ha caído en un sistema de contradicciones (el misterio de la santisima trinidad parece un pacto entre monoteísmo y politeísmo). Y es que tener que aceptar los dogmas como elementos necesarios de una religión determinada conduce inevitablemente al escepticismo. 

"Todo lo vital es irracional y todo lo racional es antivital, porque la razón es esencialmente escéptica."



Siempre la razón se opone a nuestro anhelo de inmortalidad personal y nos lo contradice, es que es enemiga de la vida. Lo vivo es inestable, lo absolutamente individual es ininteligible. Para Unamuno, lo racional no es sino loo relacional (se limita a relacionar elementos irracionales). Por eso, la sustitución de la ciencia por la fe, fracasan. La argumentación de la di-solución racional, lo único que puede hacer por el ser humano es disolver la fe en diferentes cuestiones escépticas.
Citando a Hume "no hay modo alguno de probar racionalmente la inmortalidad del alma. Sin embargo existen muchos modos de probar racionalmente su mortalidad" , Unamuno pone de manifiesto que es imposible a la luz de la razón probar la inmortalidad del alma. 
La conciencia individual humana depende de la organización del cuerpo. Desde el punto de vista racional así como antes de nacer no tenemos conciencia, así después no seremos. 
Solo salvan la inmortalidad, los sistemas dualistas, que son algo fundamentalmente distinto de las manifestaciones fenoménicas. 
Así el error fundamental de la Psicología racional es deducir la existencia del alma como sustancia del hecho que nos concibamos con una cierta identidad. Se pretende otorgar realidad objetiva a aquello que no lo tiene sino en el pensamiento. Se hace de la conciencia una propiedad del alma y a ésta una forma sustancial del cuerpo, originadora de sus funciones orgánicas.
Desde cualquier ángulo que planteamos el tema, siempre resultará que la razón es enemiga de la vida y, en ese sentido, se enfrentará y contradirá el anhelo de inmortalidad personal de todo ser humano.
La razón humana no solo no prueba racionalmente que el alma es inmortal y que la conciencia humana haya de ser en los tiempos venideros indestructible, sino que mas bien prueba dentro de sus limites, que la conciencia individual no podrá persistir después de la muerte del organismo corporal del que depende.