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lunes, 8 de octubre de 2012

La gestación de un pensar rememorante

"Uno sólo se comprende a sí mismo en relación con los demás. En un mundo cada vez más interrelacionado, el arte de la conversación, de escuchar, devendrá probablemente una cuestión de supervivencia".

 Si la verdad inmediata de la experiencia artístico-literaria de Dilthey y Troelsch le sirve a G. para salir de una formación excesivamente academicista, también la radicalidad de Nietzsche estaba exigiendo a estos jóvenes la revisión de una conciencia histórica idealizada, formalizada y limitada metodológicamente. La respuesta a esta radicalidad vendría de la mano del arte descriptivo de la fenomenología.
Husserl fue relevante en el periodo de formación de Gadamer, pero fue Heidegger quien le impulsó a un pensar histórico y originario que le mantuviera fiel a las exigencias de la existencia humana básica y cotidiana al igua que Kierkeggard y Dostoievski.
Con Heidegger se trató de superar la atemporalidad de los planteamientos filosóficos, romper con el escepticismo y el relativismo histórico-documental y recuperar un filosofar historificante.


A partir de los años 20, comienza a configurarse una orientación reflexiva marcada no sólo por la fenomenología, sino por la fuerza del diálogo platónico.
Heidegger comienza a plantearse dos temas básicos: las relaciones entre techne y phronesis, entre racionalidad técnico instrumental y racionalidad histórico comunicativa; y dynamis y energeia, entre lo que pudieramos determinar como acontecer mecánico casual y un acontecer vital-originiario. 
A todo esto se le une otra inquietud que estaba en la raíz misma de la situación de la que partía: el fracaso de la pretensión romántica e idealista de una unidad en el conocimiento de la naturaleza y la historia.

Las lecturas Heideggerianas ofrecían la posibilidad de integrar un pensar histórico en un preguntar vital; un pensar definido en términos de memoria, con-memoración y re-memoración, por el cual sale a luz la estrecha vinculación entre las tareas de pensar, agradecer y rememorar. Esta forma de seguir preguntando, podía permitir que la relación del pensar con su objeto no fuera una instrumental relación de dominio. 

En base a estos planteamientos, la hermeneútica se plantea el papel que desempeña no solo el lenguaje en la determinación conceptual de las experiencias humanas básicas, sino en la conformación de la conciencia histórica.
Platón representa para G. la posibilidad de que este pensar puede realizarse, y Nietzsche, es el símbolo emblemático de cómo la historia de la Metafísica ha acabado por arrinconar esta dimensión fundamental. El pensar rememorante, estructurado desde la dialéctica del re-tener y re-cordar vital, ha guiado a un platonismo gadameriano. 
Aquí lo platónico es el origen del preguntar, aquella inquietud y espíritu de búsqueda al que responde Platón con las Ideas.

Ante la enfermedad historicista que disocia al intérprete de su historia, la hermeneutica los piensa conjuntamente puesto que busca esclarecer las posibilidades y los límites tanto de la realidad personal como de los acontecimientos humanos en su sigularidad histórica.


Fuente:"El problema de la conciencia histórica" H.G.Gadamer.Ed.Tecnos

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