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martes, 18 de septiembre de 2012

Estado, nación, ciudadanía y bienestar


--> "El valor de una nación no es otra cosa que el valor de los individuos que la componen."J.Stuart Mill

-Relaciones difíciles entre el estado y la nación-


"La nación nos remite a la voluntad de seguir conviviendo juntos en el futuro" (Ortega).
Se deben superar los particularismos y realizar un proyecto de vida común.


-Modelos de relación entre estado y nación-



El estado republicano laico de corte francés, en el que la unidad del territorio está garantizada y los problemas se vinculan a la cohesión social y a la identidad cultural, se plantea una serie de interrogantes, ¿Es capaz el estado de asegurar la lealtad de los ciudadanos?. 
En el caso de la inmigración, ¿A quiÉn debe conceder el derecho de ciudadanía? ¿Cabe una integración social sin derechos ni bienestar?  
Desde distintos estamentos de la sociedad, se plantea la necesidad de acabar con la excepción francesa, por entender que un modelo basado en la intervención del estado, no puede resistir la prueba de la competitividad económica, la deslocalización de las empresas y la innovación tecnológica.

En momentos de dificultad, los políticos aseguran a la ciudadanía autóctona, una situación privilegiada frente a los que vienen de fuera.


El estado multicultural, también pasa por dificultades; en Inglaterra, después de los atentados del 11M, los ciudadanos se replantean si la abstención del estado es una buena solución a los conflictos sociales. Este, había operado permitiendo la expresión pública de todas las diferencias religiosas y culturales, pero corría el peligro de abandonar a su suerte a las distintas minorías culturales sin crear un vínculo moral que superara las diferencias.

Frente a estos modelos, el estado español, además de tener que hacerse cargo del problema de la inmigración, tiene que articular una pluralidad de sentimientos nacionales. La incorporación a Europa también plantea el problema de la compatibilidad entre las tres identidades.

Ante la globalización, la internalización del mundo económico se une a la reivindicación de la identidad. Los individuos se sienten parte de la comunidad, miembros de una nación cuando sus derechos están garantizados y cuando sus sentimientos de pertenencia están reconocidos y salvaguardados.

-Del Estado liberal al Estado social-

Durante el SXX, ante la amenaza de la revolución comunista, las fuerzas conservadoras Europeas permitieron la interrupción de las instituciones liberales, el desmantelamiento de las democracias representativas y la supresión de los partidos políticos.
En el caso de España la derrota de la República, consolidó la dictadura de Franco. 
La diferencia con los países europeos, es que estos si recuperaron las instituciones democráticas a partir del final de la 2GM. Se produce entonces, unido al mejor liberalismo, el pacto del estado de bienestar.
Este modelo de estado, solo es posible con la unión de las distintas fuerzas políticas, el pensamiento social cristiano, el socialismo democrático, el liberalismo progresista y del comunismo antifascista. Todos ellos consideran que no es posible volver al viejo Estado liberal.
El modelo se justifica por varias razones; la división del mundo en bloques militares hace que en Europa occidental el modelo social tenga que competir con la atracción que provoca el modelo soviético en sectores importantes de los trabajadores europeos.
La forma que encuentra el capitalismo de integrar a los trabajadores europeos es mostrar la superioridad de un capitalismo humanizado frente a las consecuencias imprevisibles de los procesos revolucionarios. La existencia de partidos comunistas fuertes n Italia y Francia, facilita conceder derechos sociales para evitar el crecimiento de la filiación y que crezcan esos partidos. Teniendo muy en cuenta la crisis de los años 30, el consenso se produce en torno a la política económica.
Se acepta como elemento de consenso el antifascismo y la desideologización y la tecnocracia como recurso en apogeo.
Los partidos políticos se convierten en grandes máquinas electorales que tratan de encontrar apoyos en todos los sectores del espectro social.

Hasta la crisis de 1973 se desarrolla este tipo de políticas; a partir de esta fecha, comienza el ataque neoliberal al estado de bienestar y una proliferación de movimientos sociales que cuestionan los límites de la política institucional. Son los años en los que se producirá la caída de las dictaduras en Portugal, Grecia e Italia.

-Un doble ataque al Estado social-

Hayek- el estado de bienestar conduce de una manera suave pero peligrosa a fórmulas de servidumbre; hay que revindicar el papel del mercado frente al estado, la iniciativa privada frente a la empresa pública y la empresa frente al sindicato.
Comienza toda la retórica favorable a la privatización, a la desregulación, a la flexibilidad, a la temporalidad, a la desinstitucionalización.
El malestar del mayo francés, habló de devolver los valores al centro del debate sobre los principios que deben regir la vida pública. Estamos ante una crítica de los valores de la autoridad, de la familia, de la escuela, la patria y la religión.
Esta reivindicación libertaria es una doble crítica al estado social que implica una crítica al proceso de desideologización que se había dado tras la 2GM y que llega hasta el momento actual. El estado se nos presenta de forma dual, mínimo en lo económico y máximo en lo moral o intervencionista en lo económico y permisivo en lo moral.

-El estado mínimo(economía) y máximo (moral)-

Con la irrupción del neoliberalismo, el estado se nos presenta en dos dimensiones: en la constitución de mayorías electorales, y en las funciones que debe cumplir.

Cuando M.Thatcher irrumpe en la política, en medio de la crisis de los 70, el estado no puede sufragar un gasto público desbordado; hay que devolver los recursos económicos a los particulares para que ellos compensen privadamente las desventajas de lo público.
En medio de los sectores que detentan el poder económico y los trabajadores parados, se sitúan los trabajadores con empleo fijo, los funcionarios, los sindicatos y las nuevas clases medias. 
Se les incita a participar en los beneficios del modelo, rebajando la carga fiscal y engrosando las filas del llamado capitalismo popular. En la cultura de la satisfacción, el pensamiento es dejar que el tiempo actúe y vaya arreglando las cosas mas que incrementar el poder del estado mediante un aumento de la presión fiscal y un incremento del gasto público.
El planteamiento de M.Thatcher, conectó con lo que se ha denominado la revolución conservadora (Reagan).
El estado no debía intervenir en la vida económica para regular las condiciones laborales o para garantizar los derechos económico-sociales, ese estado tenía una misión importante en el campo de los valores y en la relacion entre legislacion y la moral.
El discurso neoliberal pide al estado que no rompa con las leyes naturales del mercado. El discurso neoconservador le exige que intervenga y que ponga cota al relativismo moral.

Con Juan Pablo II existe una conexión entre el socialismo de los países del este y la herencia de la ilustración. El esfuerzo del socialismo por profundizar en el legado ilustrado, por subrayar el antropocentrismo, por constituir un mundo sin dios ha llevado a la degradación moral de los países gobernados por el comunismo.
El estado ya no tiene que auspiciar la negociación, el pacto, el acuerdo entre las partes ni avalar la redistribución de la riqueza. Esas funciones benefactoras traen mas perjuicios que beneficios ya que provocan la servidumbre de las poblaciones, la pasividad y la incapacidad de salir adelante.
El enemigo de esta concepción liberal conservadora es doble: el estado social y el estado laico.

La democracia liberal occidental se ve amenazada por el islamismo radical y ello afecta tanto a la identidad del estado como a la relación entre estado y derecho. Con esta situación, no se puede combatir estando en un estado de derecho. No se puede pensar en respetar los derechos de los individuos cuando una nación esta en peligro.
Derechos que parecían consolidados van desapariciendo; es esta nueva versión de la razón de estado la que acaba con el estado de derecho.

-La superviviencia del estado social y la apuesta del estado laico-

Los defensores del estado social sostienen, que el gran pacto histórico entre capital y trabajo que se produjo después de la 2GM es una conquista de la que no se puede prescindir. 
Las deficiencias de un estado liberal, abstencionista en lo económico, no garantizaba los derechos de primera generación (derecho a la libertad de expresión, a la libertad de religión y a la libertad de cátedra).
En el campo de la educación aparecen mayores diferencias: un estado confesional que considere tarea educativa el estudio de la religión oficial del estado frente a un estado que considere que la educaciÓn es instrumento esencial para lograr la cohesión social y la vertebraciÓn de la nación.

Para lograr la legitimidad del estado social, son necesarias unas mayorías electorales dispuestas a apostar por el igualitarismo y la universalización de los servicios públicos.
Esta apuesta solidaria, universalista, es cada vez mas difícil en sociedades por donde impera el individualismo consumista por un lado, y por el otro están presas del miedo y la inseguridad.
Los elementos de bienestar no pueden llevarse a cabo sin recursos. No es factible mantener una economía competitiva cuando se produce una internacionalización de la vida económica donde es posible producir en otras partes del mundo sin tener que negociar con los sindicatos ni respetar las condiciones laborales o el medio ambiente.

Cuando la sociedad europea se ha planteado el paso de los derechos de segunda generación a los de tercer (democracia económica), se ha producido un retroceso.

Cuando se habla de integrar al otro y de asumir una nueva realidad multicultural, se defiende preservar unos valores que todos pueden compartir ya que no se basan en la estima ni en la religión sino en el patriotismo constitucional.


Fuente: Ciudad y ciudadanía. Ed. Trotta. Ensayo de A.G.Santesmases

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