"Uno sólo se comprende a sí mismo en relación con los demás. En un
mundo cada vez más interrelacionado, el arte de la conversación, de
escuchar, devendrá probablemente una cuestión de supervivencia".
Si
la verdad inmediata de la experiencia
artístico-literaria de Dilthey y Troelsch le sirve a G. para salir
de una formación excesivamente academicista, también la radicalidad
de Nietzsche estaba exigiendo a estos jóvenes la revisión de una
conciencia histórica idealizada, formalizada y limitada
metodológicamente. La respuesta a esta radicalidad vendría de la
mano del arte descriptivo de la fenomenología.
Husserl fue relevante en el periodo de
formación de Gadamer, pero fue Heidegger quien le impulsó a un
pensar histórico y originario que le mantuviera fiel a las
exigencias de la existencia humana básica y cotidiana al igua que
Kierkeggard y Dostoievski.
Con Heidegger se trató de superar la
atemporalidad de los planteamientos filosóficos, romper con el
escepticismo y el relativismo histórico-documental y recuperar un
filosofar historificante.
A partir de los años 20, comienza a
configurarse una orientación reflexiva marcada no sólo por la
fenomenología, sino por la fuerza del diálogo platónico.
Heidegger comienza a plantearse dos
temas básicos: las relaciones entre techne y phronesis, entre
racionalidad técnico instrumental y racionalidad histórico
comunicativa; y dynamis y energeia, entre lo que
pudieramos determinar como acontecer mecánico casual y un acontecer
vital-originiario.
A todo esto se le une otra inquietud que estaba en
la raíz misma de la situación de la que partía: el fracaso de la
pretensión romántica e idealista de una unidad en el conocimiento de
la naturaleza y la historia.
Las lecturas Heideggerianas ofrecían
la posibilidad de integrar un pensar histórico en un preguntar
vital; un pensar definido en términos de memoria, con-memoración y
re-memoración, por el cual sale a luz la estrecha vinculación entre
las tareas de pensar, agradecer y rememorar. Esta forma de seguir
preguntando, podía permitir que la relación del pensar con su objeto
no fuera una instrumental relación de dominio.
En base a estos
planteamientos, la hermeneútica se plantea el papel que desempeña
no solo el lenguaje en la determinación conceptual de las
experiencias humanas básicas, sino en la conformación de la
conciencia histórica.
Platón representa para G. la
posibilidad de que este pensar puede realizarse, y Nietzsche, es el
símbolo emblemático de cómo la historia de la Metafísica ha
acabado por arrinconar esta dimensión fundamental. El pensar
rememorante, estructurado desde la dialéctica del re-tener y
re-cordar vital, ha guiado a un platonismo gadameriano.
Aquí lo
platónico es el origen del preguntar, aquella inquietud y espíritu
de búsqueda al que responde Platón con las Ideas.
Ante la enfermedad historicista que
disocia al intérprete de su historia, la hermeneutica los piensa
conjuntamente puesto que busca esclarecer las posibilidades y los
límites tanto de la realidad personal como de los acontecimientos
humanos en su sigularidad histórica.
Fuente:"El problema de la conciencia histórica" H.G.Gadamer.Ed.Tecnos
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